sábado, 11 de enero de 2014

Crónicas del fin del mundo 3: Parque Nacional Tierra del Fuego & Canal Beagle

Hoy amaneció con los rayos de sol penetrando a través de huecos en las nubes... No duró mucho, como era de esperar...

A las 9 y pico llegué al Parque Nacional Tierra del Fuego, a 30 minutos de Ushuaia. La entrada al parque cuesta AR$30 para argentinos. En comparación con otros parques nacionales, éste no es muy grande pero aún así es muy bello.


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Estación del Fin del Mundo
Antes de entrar al parque está la estación del fin del mundo, que es donde se puede tomar el tren turístico que recorre las vías sobre las cuales antiguamente circulaba el tren que llevaba a los presos a la cárcel de Ushuaia.
El tren que se puede tomar ahora no es de la época de la cárcel, solo son vagones modernos que hacen el mismo recorrido, y esto cuesta AR$250 por persona, sin ninguna clase de descuentos...

Si no se toma el tren, se ingresa al parque nacional por una ruta, eso fue lo que hice yo (personalmente, pienso que el viajecito en el tren no vale lo que cuesta y el mismo recorrido se hace caminando o en vehículo junto a las vías).

A lo largo del parque se ven muchísimos árboles talados, que quedaron de la época en que los presos talaban para conseguir la leña... antes de que el territorio fuera declarado parque nacional.

Camino del tren y paisaje del parque nacional.

El parque nacional Tierra del Fuego no tiene las altas montañas andinas ni los altos árboles que se pueden ver en otros lugares de la Cordillera de los Andes, sobre todo al norte de la Patagonia, pero es muy lindo y único. Hay muchos circuitos para hacer trekking con diferentes recorridos y dificultades.

    
Lago  Roca (o Acigami)
Llegué al Lago Roca (o Lago Acigami en idioma Yamana). El lago tiene una parte en Argentina y otra en Chile. Lo rodea el bosque y a pocos metros hay un parador donde se puede comer o tomar algo caliente. El lugar me encantó.

De la pureza del aire no es necesario hablar... Sobre la corteza de los árboles del bosque se forma un líquen que parece un pelito de barba (se lo llama "barba de viejo"), es de color verde claro y sólo se forma cuando el aire es 100% puro. Los bosques acá están llenos de esos pelitos.

Sendero a Bahía Lapataia
El punto más importante en este parque es la Bahía Lapataia, por ser el punto más austral de Argentina. Es una bahía bañada por las aguas del Canal Beagle, se accede a través de pasarelas y hay varios miradores.
En el horizonte se ve el canal. La Bahia Lapataia está a 1km del límite con Chile, que es el meridiano 68.

A la bahía se llega a través de varios senderos o también por la ruta nacional 3 (la bahía es el punto final de esa ruta). Yo elegí hacer uno de los senderos del parque para llegar y no me arrepiento; el paisaje es genial y además se pasa por un mirador con vista a toda la Bahía Lapataia.

Bahía Lapataia

Pasarelas en Bahía Lapataia
Me llamó la atención la gran cantidad de flores blancas y amarillas que hay por todo el parque, por donde se mire hay flores. También está lleno de arroyos y lagunas, muchas creadas por los castores que generaron un desastre ambiental en la región ...

Arroyo en Bahía Lapataia
Un dato interesante es que los castores no son autóctonos de la Patagonia, fueron introducidos desde Canadá por el valor de su piel, pero como las temperaturas acá no son tan bajas su pelaje no es lo suficientemente "bueno" para venderse y no se hace negocio, como tampoco existe un depredador natural, los castores se reprodujeron y, de los 25 introducidos hace unas décadas, hoy en día hay más de 120 mil sólo en la Isla de Tierra del Fuego. Las lagunas que producen los diques de castores matan los árboles que se ahogan.

Uno entiende lo importantes que son los parques nacionales en el ecosistema, en ellos no se puede alterar el paisaje, damnificar la flora, ni introducir fauna que no sea autóctona. El parque nacional Tierra del Fuego es la prueba de que cuando no se respeta el entorno natural de la fauna y la flora de una región sólo pueden ocurrir desastres... El caso de los castores no es el único, también se introdujeron zorros grises y conejos, tampoco autóctonos.

En el fin del mundo!
VIDEO: Mi visita al Parque Nacional Tierra del Fuego:


En fin, luego de la visita a la Bahia Lapataia dejé el parque nacional para almorzar en Ushuaia y de ahí tomar un barco para navegar por el Canal Beagle.

Desde el puerto de Ushuaia salen varias excursiones por el canal, algunas son cortas y van hasta el faro Les Eclaireurs (que no es el famoso "faro del fin del mundo" sobre el que escribió Julio Verne, ése está en la Isla de los Estados), otras son largas y llegan más lejos pero se ve más de lo mismo. Los costos van desde AR$250 hasta AR$400 y se paga una tasa de embarque de AR$10 en el puerto (dentro de poco vamos a pagar por el aire que respiramos...).

Dejando el puerto de Ushuaia
La navegación corta duró 2:30hs, zarpando a las 3:30 de la tarde. El sol no dio indicios de querer aparecer durante el viaje, pero por suerte no había demasiado viento y se podía estar en la cubierta del catamarán (abrigado, obviamente). La primera parada fue en el famoso faro Les Eclaireurs (que me costó aprender a pronunciar: suena algo como leseclerer así como con un acento francés). El barco se detiene alrededor de la isla rocosa donde está el faro, un rato para que saquemos fotos... El faro indica la entrada a la bahía de Ushuaia.

Faro Les Elcaireurs
Después pasamos por otra isla, también formada por rocas, conocida como la isla de los pájaros, por motivos obvios.
El faro es el punto más lejano al que se llega en la navegación corta, la ciudad de Ushuaia queda muy pequeña en el horizonte...

En la isla Mary Ann con frio
El catamarán retorna hacia el oeste, haciendo una nueva parada en la isla Mary Ann, una de las islas del archipiélago de las islas Bridges. En esta isla podemos bajar del barco y caminar por un sendero. La isla tiene una vegetación seca y baja, no hay árboles. El paisaje parece de las Islas Malvinas, seco, ventoso, y frio. Las rocas y la costa de la isla están cubiertas de liquen, que parece como un musgo (que me hizo patinarme... una pena que no haya quedado filmado, hubiese sido furor en YouTube...).
Luego de unas fotos volvemos al catamarán para ver la última isla: la isla de los lobos marinos (que tenía olor a puerto de Mar del Plata...).

Durante toda la navegación, una guia relataba lo que íbamos viendo en cuatro idiomas diferentes... Ya resultaba molesto seguir escuchándola repetir cuatro veces lo mismo durante más de dos horas. Pero bueno, de vez en cuando decía cosas muy interesantes...

VIDEO de mi navegación por el Canal Beagle:

A las 6 de la tarde regresamos al puerto de Ushuaia.

Perdí completamente la noción del tiempo, la luz que hay acá es tan rara... Durante todo el día las nubes bajas y una especie de neblina que cubre el cielo hacen parecer que el sol se está poniendo. El escenario es como un constante ocaso que dura horas, y uno piensa que son las 7 de la tarde cuando recién son las 4. Y más tarde uno piensa que son las 7 de la tarde cuando en realidad ya son las 9 "de la noche"... El sol no termina de ponerse hasta las 11. Es raro, supongo que debe costar adaptarse a este clima (y adaptarse en invierno cuando hay muy pocas horas de sol).

22:30 " de la noche " en Ushuaia
En fin, hoy cené centolla, otro plato tradicional de la zona, y es DELICIOSO!.

El viaje ya llegó a su mitad y mañana viajo a El Calafate!

Gracias por leerme! :)

>> LEER LA SIGUIENTE CRÓNICA: Demorados en el Aeropuerto de Ushuaia

>> LEER LA CRÓNICA ANTERIOR: Lagos Fagnano y Escondido, con sabor a cordero patagónico.

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